El máximo representante de la poesía romántica española Gustavo Adolfo Bécquer, (Sevilla, 1836- Madrid, 1870) procedía por parte paterna de una familia de raigambre artísticas originaria de los Países Bajos, lo cual sin duda influyó en la versatilidad del autor, pues desde muy joven también utilizó el arte plástico como medio de expresión.
Escenarios relacionados con la vida cotidiana, otros con los mundos poéticos y los imaginarios de las Leyendas, constituían el corpus argumental de los dibujos, muchos de los cuales estuvieron olvidados o escondidos, en concreto los dedicados a su musa Julia Espín.
Felizmente recuperados los dibujos de Bécquer sirvieron en su día para complementar la exposición El mundo romántico de España, en la que la plástica del literato representaba de forma contundente sueños, aspiraciones y extravagancias de unos tiempos convulsos.
